DE CUERPOS Y ESPECTROS I
Guarda mis muertos esta noche
mañana volverán a mi piel
mojados con el agualaguna
de tu mirada que observa sombras
haciéndole el amor
a la cal de las paredes
y parir quizá vidas muertas.
Nada habrá cambiado
excepto por los muros de cuerpo
cercándose los dos
... entonces cada cosa ha mutado...
ACUARELA
Imagino mi muerte
(un cuerpo que parece ser el mío entre los
Ecos del tiempo
Sobre esta caja
/encerrado/
tan llena del aire que son recuerdos
y me envuelven
enfriando las pequeñas paredes de madera,
dándoles el viejo sonido
de la nostalgia
que me hace compañía como
un cuerpo capaz de hacer el amor)
estamos él y yo
(mi cuerpo, mi cuerpo y yo)
La piel es suave
Y pronto estos senos blancos estarán cubiertos
CUERPO DESPIERTO
hoy emergen los ojos
como cuerpos ajenos
desnudos
de la música
que los hizo dormir.
lo hacen
temiendo a la magia,
frases,
luces opacas,
inviernos
y ahogos maravillosos.
Han despertado
para ver
un cuerpo muerto y dulce
partido por la mitad
que ya no dice nada más
que alguna nostalgia
lanzada al aire helado.
la Voz de la Manada
Yuo
eterno y feroz animal del tiempo
insomne se arrastra hoy sobre la sal de su ciudad
morador del papel y padre de reos culpables
escribe desde su tétrica morada
para poder devorarlos
los arrebata de otro animal del tiempo
hermano suyo menos salvaje
que retrocede negligente
a estos hombres antes del yerro
a otros los arranca con plena justicia de la misma muerte.
estos reos antes de ser devorados
ofrendan sus propias ciudades inútiles a Yuo.
no servirán para extraviar en ellas
las culpas de la memoria
o aplacar el hambre del temible animal
que suicida su cuerpo comiendo la sal en la que vive
como guardián atrapado de la ciudad de los reos.
CORONACIÓN
Tengo la costumbre de tragar a mis hombres
cuando quedan dormidos sobre el polvo
también de convertirlos en nausea
junto al viejo escenario que regresa a mi cabeza:
los reinos inservibles
de lata y de cartón
que me delatan
como un rey innecesario
que muere inventado
las excusas y hombres que me entierren
y vuelvan a buscarme.
entonces reconozco las latas abiertas y vacías
el cartón que me abriga
y algún animal que a cambio de una caricia
me quiso orinar encima.
No,
no soy un rey,
Sino solamente un juego que se detuvo distraído en la neblina,
el ruido
y el polvo.
Olvidé la coronación.
Respiré la neblina y me quedé dormido.
Perdí una mujer fea de grandes senos
que sonreía para mí y
se desnudaba para que pudiera esconderme del frío
dentro de su cuerpo grande
y de olor a metal oxidado.
Olvidé la coronación
respiré hondo dentro de las latas.
Sumergido,
preferí crear un reino de caparazón,
que se extienda
en cualquier mundo que haya dejado de serlo
para convertirse en algo menos que miseria.
LA PRIMERA ANUNCIACIÓN
Yo quiero que ese niño nazca muerto, María
Poco me importa ser el padre de un salvador
O el santo que acompañe tu vientre
Tocado por las manos ásperas
De un dios egoísta.
Él
Pondrá sobre tu hijo una corona de espinas
Y lo llevará hacia la cruz de los traidores;
Lo llamarán:
El Rey de los judíos
Pero antes será arrastrado por Jerusalén
Y envidiado por Juan, el hijo de tu prima Isabel,
A ser llamado El Bautista
Que tampoco nace aún en esta tierra
Y tiene ya un destino miserable.
El Tuyo se llamará Jesús
Y le pedirá a un hombre que lo lleve a la gloria
Rogará a un tal Judas que lo entregue a los fariseos,
ÉL venderá su deshonra
Por un lugar en la mesa de los apóstoles
Para la eternidad.
Y en la hora de su muerte
Tu hijo
Partirá hacia los brazos de su padre con dos ladrones,
Tendrá sed
Y morirá diciendo
Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
María,
¿Quién te perdonará a Ti en la vejez?
¿Quién te dará otro hijo sin una muerte o dolor
Que se anuncie en la boca de un ángel malvado?
¿Quién te dará otro hijo que no sea arrebatado
Para el perdón de nuestros sabios pecados?
Por eso, joven esposa, yo quiero que ese niño nazca muerto.
Gabriel,
Me ha dicho ayer en el taller
Que nunca serás mi mujer.
Gabriel, te visitará mañana y no podrás ver su cola de
Rata
O su perfil oscuro.
Te hará caer en la tentación de su dios en el exilio
Y serás la madre de aquel que lleve a su pueblo
A vivir en la culpa de haberlo matado.
Tú los arrastrarás
A vivir escondidos en el temor de desobedecer
A un falso dios,
Que ríe sabiendo ya, que engañó a los hombres
Y les quitó el fuego.
Serás tentada, María
Ascenderás a los cielos a descubrir una mentira
Y te arrepentirás de nunca haber sido mi mujer
De no haber aceptado hermosos vestidos
Ni bebido de mi saliva
Convertida en vino para tu garganta seca.
Serás tentada y yo te seguiré,
Pero escucha bien lo que te digo, niña de Nazareth,
Poco me importa ser el padre al que todos asuman como
El Salvador.
Poco me importa callar cualquier verdad o mentira,
O saber que los hombres serán engañados
Y adorarán a un demonio con piel de cordero.
Yo
Te seguiré en la tentación
Y cuando no mires
Tallaré un dios,
Un verdadero dios de madera para los idólatras.
Pensaré en el becerro de oro
Y reiré cuando los hombres adoren a tu hijo
Y cuando no mires,
Cuando no pongas tus ojos sobre mí
Me tocaré,
Soñando con dormir alguna vez sobre tus piernas
Y, así no lo quiera,
Seré convertido en el santo que acompañe
y adore a tu vientre.
Fragmentos de "La primera anunciación" (Ajos y Zafiros, 2006)
© Cecilia Podestá