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Cecilia Podestá / El Rincón del Diablo - poesía

 
DE CUERPOS Y ESPECTROS I

 

Guarda mis muertos esta noche

mañana volverán a mi piel

mojados con el agualaguna

de tu mirada que observa sombras

haciéndole el amor

a la cal de las paredes

y parir quizá vidas muertas.

Nada habrá cambiado

excepto por los muros de cuerpo

cercándose los dos

... entonces cada cosa ha mutado...

 

 

 

ACUARELA

 

Imagino mi muerte

(un cuerpo que parece ser el mío entre los

Ecos del tiempo

Sobre esta caja

/encerrado/

tan llena del aire que son recuerdos

y me envuelven

enfriando las pequeñas paredes de madera,

dándoles el viejo sonido

de la nostalgia

que me hace compañía como

un cuerpo capaz de hacer el amor)

estamos él y yo

(mi cuerpo, mi cuerpo y yo)

La piel es suave

Y pronto estos senos blancos estarán cubiertos

 

 

 

CUERPO DESPIERTO

 

hoy emergen los ojos

como cuerpos ajenos

desnudos

de la música

que los hizo dormir.

lo hacen

temiendo a la magia,

frases,

luces opacas,

inviernos

y ahogos maravillosos.

Han despertado

para ver

un cuerpo muerto y dulce

partido por la mitad

que ya no dice nada más

que alguna nostalgia

lanzada al aire helado.

 

 

 

la Voz de la Manada

 

Yuo

eterno y feroz animal del tiempo

insomne se arrastra hoy sobre la sal de su ciudad

morador del papel y padre de reos culpables

escribe desde su tétrica morada

para poder devorarlos

los arrebata de otro animal del tiempo

hermano suyo menos salvaje

que retrocede negligente

a estos hombres antes del yerro

a otros los arranca con plena justicia de la misma muerte.

estos reos antes de ser devorados

ofrendan sus propias ciudades inútiles a Yuo.

no servirán para extraviar en ellas

las culpas de la memoria

o aplacar el hambre del temible animal

que suicida su cuerpo comiendo la sal en la que vive

como guardián atrapado de la ciudad de los reos.

 

 

 

CORONACIÓN

 

Tengo la costumbre de tragar a mis hombres

cuando quedan dormidos sobre el polvo

también de convertirlos en nausea

junto al viejo escenario que regresa a mi cabeza:

                                  los reinos inservibles

                                  de lata y de cartón

 

que me delatan

como un rey innecesario

que muere inventado

las excusas y hombres que me entierren

y vuelvan a buscarme.

 

entonces reconozco las latas abiertas y vacías

el cartón que me abriga

y algún animal que a cambio de una caricia

me quiso orinar encima.

 

No,

no soy un rey,

Sino solamente un juego que se detuvo distraído en la neblina,

el ruido

y el polvo.

 

Olvidé la coronación.

Respiré la neblina y me quedé dormido.

Perdí una mujer fea de grandes senos

que sonreía para mí y

se desnudaba para que pudiera esconderme del frío

dentro de su cuerpo grande

y de olor a metal oxidado.

 

Olvidé la coronación

respiré hondo dentro de las latas.

Sumergido,

preferí crear un reino de caparazón,

que se extienda

en cualquier mundo que haya dejado de serlo

para convertirse en algo menos que miseria.

 

 

 

LA PRIMERA ANUNCIACIÓN

 

Yo quiero que ese niño nazca muerto, María

Poco me importa ser el padre de un salvador

O el santo que acompañe tu vientre

Tocado por las manos ásperas

De un dios egoísta.




Él

Pondrá sobre tu hijo una corona de espinas

Y lo llevará hacia la cruz de los traidores;

Lo llamarán:

El Rey de los judíos

Pero antes será arrastrado por Jerusalén

Y envidiado por Juan, el hijo de tu prima Isabel,

A ser llamado El Bautista

Que tampoco nace aún en esta tierra

Y tiene ya un destino miserable.




El Tuyo se llamará Jesús

Y le pedirá a un hombre que lo lleve a la gloria

Rogará a un tal Judas que lo entregue a los fariseos,

ÉL venderá su deshonra

Por un lugar en la mesa de los apóstoles

Para la eternidad.




Y en la hora de su muerte

Tu hijo

Partirá hacia los brazos de su padre con dos ladrones,

Tendrá sed

Y morirá diciendo

Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.



María,

¿Quién te perdonará a Ti en la vejez?

¿Quién te dará otro hijo sin una muerte o dolor

Que se anuncie en la boca de un ángel malvado?

¿Quién te dará otro hijo que no sea arrebatado

Para el perdón de nuestros sabios pecados?



Por eso, joven esposa, yo quiero que ese niño nazca muerto.




Gabriel,

Me ha dicho ayer en el taller

Que nunca serás mi mujer.

Gabriel, te visitará mañana y no podrás ver su cola de

Rata

O su perfil oscuro.

Te hará caer en la tentación de su dios en el exilio

Y serás la madre de aquel que lleve a su pueblo

A vivir en la culpa de haberlo matado.



Tú los arrastrarás

A vivir escondidos en el temor de desobedecer

A un falso dios,

Que ríe sabiendo ya, que engañó a los hombres

Y les quitó el fuego.




Serás tentada, María

Ascenderás a los cielos a descubrir una mentira

Y te arrepentirás de nunca haber sido mi mujer

De no haber aceptado hermosos vestidos

Ni bebido de mi saliva

Convertida en vino para tu garganta seca.



Serás tentada y yo te seguiré,

Pero escucha bien lo que te digo, niña de Nazareth,

Poco me importa ser el padre al que todos asuman como

El Salvador.

Poco me importa callar cualquier verdad o mentira,

O saber que los hombres serán engañados

Y adorarán a un demonio con piel de cordero.



Yo

Te seguiré en la tentación

Y cuando no mires

Tallaré un dios,

Un verdadero dios de madera para los idólatras.

Pensaré en el becerro de oro

Y reiré cuando los hombres adoren a tu hijo



Y cuando no mires,

Cuando no pongas tus ojos sobre mí

Me tocaré,

Soñando con dormir alguna vez sobre tus piernas

Y, así no lo quiera,

Seré convertido en el santo que acompañe

y adore a tu vientre.

 

Fragmentos de "La primera anunciación" (Ajos y Zafiros, 2006)

 

© Cecilia Podestá

 

1 comentario

Jeannet -

Cuando vas a actualizar tu blog?, me gustan tus poemas...